Desde hace dos años nos acompaña desde el cielo. El pibe que empezó en las inferiores, el muchacho que llegó a primera y con un gol nos dio un ascenso, el que defendió durante años la casaca, el que de grande volvió como técnico, que se convirtió en manager deportivo y finalmente en directivo. El que siempre dio una mano bancando todas las iniciativas que se hicieron por el bien del club. El que eligió apostar una y otra vez, hasta el final de sus días, por su querido Argentino.
Abel «Toto» Piva. El eterno Capitán de Los Salaítos.