(Por Javier Parenti especial www.argentinorosario.com.ar)

Alan Domingue de correcta actuación

Hay que encuadrarla en ese tipo de derrotas que duelen más allá de los tres puntos perdidos jugando de local. Hay que entenderla como un toque de atención trascendente. Es que Argentino perdió con Claypole porque no encontró en su juego la claridad suficiente para lastimar a un rival que sólo jugó a defender la diferencia que había sacado a su favor allá por el minuto 28, en su única llegada al área salaíta.
Y cuando un equipo domina territorialmente a su oponente durante tres cuartos del partido y no logra ponerse a tiro de un gol, todo indica que la falla es propia. Y no se trata de intención de juego, porque los pibes salaítos miraron siempre para el arco de adelante, corrieron y se esforzaron —el aplauso de los hinchas lo reflejó en el final—; al equipo le faltó generar acciones ofensivas contundentes.
No alcanzó con las intenciones de Luciano Pons corriendo cada pelota en las inmediaciones del área, porque Calero no se le asoció como lo había hecho en el partido anterior ante Lugano. No fue suficiente lo que propuso Fiscella para sacarse rivales y avanzar con la pelota al pie porque tuvo que cumplir a la vez con la función de correr el carril izquierdo. Y esto se reflejó en las escasas llegadas de Argentino: tres en cada tiempo. Pons tuvo la más clara a los 21’, pero en lugar de ser egoísta y darle al arco la tiró al medio del área chica y Correa la tiró al córner.
Sin embargo, también hay que destacar que tres veces pudo quedar un punta salaíto rumbo al gol cuando el primer asistente, Lucio Rodríguez, levantó la bandera sólo porque se lo pidió el central Correa con la mano en alto.
Para el segundo tiempo quedaba la expectativa del empate porque Claypole se dedicaría a revolear cada pelota que lo complicara (así sucedió) y así defender aquel gol de Ledesma en una pared con Gómez que lo dejó cara a cara con Andrada para vencerlo de un toque.
Todo fue en vano, Argentino no encontró ninguna fórmula efectiva que cambiara el rumbo. Verón intentó ponerse el equipo al hombro y corrió para todos lados, Pons siguió peleando contra su bronca porque no salía una y los cambios que intentó Fabián Belén no dieron réditos. Igual, había esperanza de algún pelotazo salvador de esos que suele verse en la divisional, pero ni en los cinco minutos adicionales la pelota llegó clara al área de Claypole. En cambio, la pelota que quedó a punto de entrar fue para la visita pero Luciano Andrada se la tapó bárbaro a Firpo y evitó el 0-2.
Y entonces fue derrota, de las dolorosas, de las que cuesta encontrar cosas positivas, de las que es complicado levantarse. Sin embargo, el equipo demostró en anteriores presentaciones que da para más. Claro que el rival será el cómodo líder Dock Sud, y en su cancha, pero… es la Primera D y no hay demasiadas diferencias futbolísticas. l

Pons: “No nos salió una”

“Ya está, pasó. La bronca es porque no nos salió una y no aguanto perder de local”, confió el delantero salaíto Luciano Pons, quien se fue de la cancha muy fastidioso, al punto que pateó una botella de agua en la boca del banco de suplentes. Es que el 9 de Argentino corrió todas y ninguna pelota le quedó clarita para darle al arco. La única fue a los 21’ cuando fabricó una tras una asistencia de Fiscella y eligió no ser egoísta: “Me pareció que era mejor dar el pase, pero la próxima le doy sin dudas al arco”.
En tanto, el DT Fabián Belén prefirió hablar poco “por la bronca”, aunque remarcó que “no hay nada para reprocharles a los muchachos porque dejaron todo en la cancha. Intentamos siempre y no salió. Seguiremos apostando a ser protagonistas”.

Fuente > La Capital